Este fin de semana se disputó en el trazado holandés de Zandvoort la novena y penúltima prueba de la temporada del DTM. Se trataba del primer match ball que tenía el piloto de Audi, Mike Rockenfeller, para llevarse el título de este año. Y así fue. El piloto alemán a los mandos de su Audi RS5 a ha demostrado durante toda la temporada ser el más regular y con ello ha conseguido devolver el título a la marca de los cuatro aros, tras el triunfo la temporada pasada de Bruno Spengler a los mandos de su BMW M3.
La victoria en esta carrera fue para el brasileño de BMW Augusto Farfus, que adelantó con facilidad a su compañero Marko Wittman en la salida y se fue directo hacia la victoria final con un dominio aplastante. Únicamente la salida del Safety Car a falta de 7 vueltas para el final apretó al grupo pero eso no impidió al brasileño pasar en primera posición bajo la bandera de cuadros. En segunda posición entró en nuevo campeón de 2013, Mike Rockenfeller, que tuvo controlada toda la carrera ya que no estaba pensando en la victoria en la prueba sino en el campeonato. En tercera posición entró Timo Scheider con el Audi RS5 que consiguió superar a Wittman en los instantes finales de la prueba y subir al podio.
En cuanto a la actuación de los pilotos españoles hay que destacar la mejora notable de Miguel Molina en las últimas carreras. En esta prueba estuvo rodando siempre en la zona de puntos con un ritmo constante y sólo tras el Safety Car se vio superado por Ekström y Paffett por la distinta estrategia con las gomas que le hicieron quedar en 10º posición y conseguir únicamente un punto. Dani Juncadella tuvo una carrera más discreta al salir desde las últimas posiciones de parrilla por lo que acercarse al top 10 era una posibilidad bastante remota. Y por último, Roberto Merhi no pudo ni siquiera completar la primera vuelta tras sufrir un toque con otro piloto que le obligaba a abandonar.
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