Quien dice que nunca ha soñado con conducir un super coche, miente. Uno puede querer sentir pura potencia bajo sus pies. Sentir los materiales más valiosos y modernos del mercado que unen tecnología con lujo. Sentir cómo se cumple el sueño de conducir ese Ferrari que ha permanecido en el poster de la habitación durante toda la infancia o quizás sea el olor envolvente de un super coche recién estrenado lo que despierta ese cosquilleo. Sea cual sea el motivo, todos indican a que conducir un coche de alta gama es una de las experiencias más valiosas que el ser humano haya creado para potenciar sus sentidos.
No hay una adrenalina igual a la de pisar los pedales o coger esa curva perfecta en un espacio diseñado de la forma más meticulosa por algunas de las mentes más brillantes de nuestros tiempos.
Infelizmente para muchos, esto es una fantasía distante a la que solo unos pocos pueden acceder. Además, como una gran parte de estos coches pueden caer en los seis dígitos, esa fantasía recae hacia el fondo de nuestras expectativas, haciendo conformar a muchos con las opciones fáciles y baratas. Pero esta fantasía no es más que un punto de vista que nos puede engañar. Porque comprar no es la única opción. De hecho, en muchas ocasiones esa sería la errónea ya que hoy en día vivimos en un mundo de posibilidades.
Alquilar uno de estos coches no es algo distinto en ese aspecto. Por supuesto no es lo mismo irte de vacaciones y pagar la noche de un hotel que estar controlando una perfección sobre cuatro ruedas. Pero sí lo es cuando hablamos de su accesibilidad, sin tener que desembolsar unas cifras desorbitadas. Si quieres, puedes recoger hoy mismo las llaves de una obra de arte mecánica y conducirlo por donde te da la gana y con quien te da la gana, sin preocuparte de los gastos y trabajo que conlleva ser el dueño de un lujo tan costoso. Además, lo que te diferencia es que en cuanto devuelves las llaves de un modelo, ya puedes coger o planear en hacerte con el siguiente.
Quizás te veas metido en organizar una fiesta de despedida con tus mejores amigos y el novio es un obsesionado de los Hummer. Basta que hables con los participantes, os dividís el precio y pagando menos que por esa última botella de champagne, recogéis al novio a su trabajo al estilo más puro de Arnold Schwarzenegger. Otro ejemplo es que quizás te hayan promocionado en tu trabajo o has decidido emprender una nueva aventura con tus propias ideas y proyectos, de ahí que te permites irte con estilo en un Ferrari Portofino y los 600CV que le acompañan.
Todo depende de ti y de los recuerdos que te quieres permitir. Lo que está claro es que unos guantes para conducir y unas gafas de sol polarizadas no vendrían mal tenerlos en la mesilla de noche.
Comentarios
Publicar un comentario