En el artículo de hoy nos vamos a enfocar en entender la válvula EGR, como es su funcionamiento y cuales son los principales fallos y averías que pueden surgir. Lo primero de todo es comentar el origen del término EGR, que se corresponde a las siglas de "Exhaust Gas Recirculation" que no es otra cosa que la recirculación de gases de escape. El origen de este sistema se remonta a los años 70 en Estados Unidos, cuando los fabricantes se vieron obligados a instalarlas para poder cumplir las estrictas normativas anticontaminación.
Antes de entrar en el detalle de su funcionamiento, hay que decir que se trata de una pieza que a todo el mundo le da miedo oir en el taller que hay que cambiar. Al ser una pieza cara y con facilidad de estropearse muchos coches se han visto obligados a sustituirlas. Una forma sencilla y más económica de conseguirlas es acudir a un desguace que nos va a ofrecer un repuesto seguro y que será compatible con nuestro vehículo. En este caso siempre acudir a empresas fiables y seguras, como Desguaces Castilla, líder en el sector de piezas de recambio y segunda mano, que nos podrán suministrar una válvula de repuesto adecuada para nuestro motor con garantía de funcionamiento.
Que es la válvula EGR
Como hemos comentado en la introducción, las válvulas EGR están diseñadas para reducir los gases contaminantes debido a las estrictas normativas anticontaminación que surgieron en los años 70 en los Estados Unidos. Sin embargo, hasta finales de los años 90 no se empezaron a instalar en Europa, con el lanzamiento la normativa Euro 2.
Este sistema conecta la salida de los gases de escape con la entrada de los gases de admisión para recircular parte de los humos de la combustión con el principal objetivo de reducir los NOx que se generan en los motores de combustión interna (tanto diésel como gasolina). Esta recirculación dependerá de varios parámetros del motor, siendo clave la temperatura de la cámara de combustión.
Cómo funciona la válvula EGR
Los niveles de NOx que generan los motores actuales están directamente relacionados con la temperatura y la velocidad de la combustión, una mayor temperatura aumenta la generación de estos gases al igual que sucede con una mayor velocidad.
Al estar conectada la salida de gases de escape con la admisión al motor, el sistema es capaz de mezclar parte de los humos de la combustión con el aire de entrada de tal forma que se vuelvan a quemar produciendo dos beneficios:
- Reducir la temperatura de combustión
- Ralentizar la velocidad de la combustión
Como hemos comentado, si reducimos estos dos parámetros, reducirmos los gases contaminantes (NOx) producidos durante la combustión. Como os podéis imaginar, esto no se produce "gratis", ya que implica una disminución del rendimiento del motor, que genera menor potencia por no entrar aire limpio a los cilindros.
Normalmente la válvula EGR suele permitir esta recirculación de gases cuando el motor está funcionando a bajas revoluciones, está caliente y no demanda mucha potencia, es decir, principalmente cuando estamos circulando por zonas urbanas. El objetivo es que en estas condiciones se reduzcan al máximo las emisiones. Sin embargo, si conducimos con el motor más alto de vueltas y demandamos más potencia la válvula EGR estará cerrada para permitir entrada de aire más fresco y dar mayor rendimiento al motor.
Principales averías de la válvula EGR
Como hemos comentado al principio, este sistema es uno de los que más problemas dan a los motores actuales y que nos obligan a pasar por el taller. Como se trata de un sistema anticontaminación, una avería en esta válvula hará que nuestro vehículo no cumpla con la normativa y es seguro que no pasará la ITV.
Aunque tanto los vehículos gasolina como los diésel actuales llevan montado este sistema, las averías suelen ser más propensas en los motores diésel. El motivo se debe a que estos generan mayor carbonilla en la combustión y se va quedando adherida poco a poco tanto a las paredes de la válvula como a los conductos de admisión, haciendo que se reduzca la sección de paso y por tanto perdamos prestaciones. Puede llegar hasta el punto de que si la carbonilla acumulada es excesiva, se quede atascada la válvula y provoque su avería, quedándose bloqueada en la posición que estuviera, abierta o cerrada.
Si no reemplazamos esta válvula una vez que se averíe podemos afectar también a otros elementos del motor, por lo que el daño provocado será mucho mayor. Si la válvula se nos ha quedado cerrada, la recirculación de gases no se producirá y por tanto nuestro coche no estará cumpliendo la normativa anticontaminación y podemos ser sancionados, mientras que si la válvula se ha quedado abierta, estamos forzando la recirculación de gases en todo momento por lo que estaríamos afectando el rendimiento del motor, provocando una disminución de potencia, un aumento de consumo, un exceso de humo negro al funcionar con poco aire fresco e incluso provocando inestabilidad en el arranque.
Por tanto, siempre es recomendable comprobar el estado de la válvula EGR y mantenerla en condiciones optimas para evitar problemas mayores. Nos ahorraremos unos cuantos euros al no tener que pasar por el taller y al evitar problemas con la normativa anticontaminación.
La válvula EGR es un componente vital en motores modernos, diseñada para reducir emisiones nocivas. Recircula gases de escape al motor, disminuyendo óxidos de nitrógeno y mejorando la calidad del aire que respiramos
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